veinticuatro de Mayo de 1972
Ya son mas de las doce y parece que este tren no quiere avanzar, en que momento me parecería buena idea investigar este caso, bueno, volveré a repasarlo; He de llegar a una extraña y perdida isla llamada Isla Cionna, se supone que ha habido una rara desaparición de habitantes. Pero antes de eso he de ir al psiquiátrico Santa Clara para hacer un interrogatorio a una tal Leire Nuzzia, una profesora que viene de allí. No me quiero ni imaginar porqué está en un psiquiátrico. Vaya, porfín parece que vuelve a avanzar este estúpido tren.

Mientras cruzo un enorme sendero que parece no querer acabar intento recordar como empezó todo esto. Todo comenzó cuando Gabi me llamó para decir que su hermana (mi actual mujer) se había vuelto al pueblo porque la deprimía no estar kon la familia (no la culpo, hacía apenas una semana que se murió su otro hermano Luis) bueno, yo necesitaba distraerme kon algo y me dió por leer una de sus revistas de casos paranormales no resueltos y entre casos de perros verdes y curanderos de Cádiz encontré lo que llamaban: "La isla de los habitantes desaparecidos", contaba muy vagamente que de la noche a la mañana la Isla Cionna perdió a casi todos los habitantes sin explicación alguna, y resaltaba ese casi todos porque solo sobrevivió una persona la cual huyó, Leire, ella escapó en una barca al pueblo de al lado al grito de; ¡animales!, ¡alimañas!, ¡bestias! Y lo peor ¡MONSTRUOS! La policía sólo encontró edificios vacios, la iglesia, el hospital, la escuela ¡ hasta un zoológico de animales exóticos

!todos vacíos.

Me sorprendió mucho esa historia, así que decidí llenar una mochila cön elementos básicos: una linterna nuevecita, mi querida navaja suiza, comida para una semana, un campin gas... y por si las moscas una pistola escondida en un fondo falso de la mochila. Y embarcarme en un avión hasta aquí, Calla Narciso, donde se encuentra el psiquiátrico Santa Clara.

Y aquí me encuentro, en el vagón más silencioso de todos, que placer, ojalá me hubiera traido una novela o algo, porque ayer dormí tanto que hoy estoy cön los ojos más abiertos que los de un búho. Bueno, parece que he llegado a mi destino
Según bajo del tren y salgo de la nueva estación (según el callejero inaugurada este año) veo delante de mi: "Residencia Santa Clara, desde 1896", a ver, que yo me aclare, ¿han construido una estación delante de un psiquiátrico? ¿y que pasa si se fuga algún interno? Enfín ellos verán lo que hacen, yo por mi parte voy a ver si me dejan interrogar a esa tal Leire y si no que almenos me dejen una cama, que aunque no tenga sueño tengo los riñones doloridos, mierda de asientos los de ese tren.

En la puerta hay una monja que debe tener más años que el centro, voy a preguntarla a ver si sabe algo:
-Perdone hermana, ¿me abriría la puerta?
-¿que dice de una muerta?-me pregunta *** cara de espanto
-¡digo que me abrá la puerta porfavor!
-A si hijo, pasa, pasa-me responde mientras cön sus ya débiles manos coge la llave de la puerta y me abre
-¡Gracias hermana!-como todas las monjas escuchen como usted lo llevo claro...-¿¡ me llevaría donde el director o la directora!?-le pregunto casi a voces
-ahora mismo hijo-me lleva por largos pasillos que parecen no acabar, al final me señala una puerta y llama
-¡adelante!-dice desde dentro una voz femenina
-Hola Doña Rosario, mire le traigo un joven que desea verla -¿joven yo? Si rozo los 50
-¿y que desea?-pregunta la directora y antes de que pueda decir Amén se me cuela la monja
-Nosequé de una muerta Doña Rosario,¡es terrible!- Hala suéltela más grande hermana...

-¿como dice?
-No, no es eso -le respondo yo rápidamente a la directora -yo quería hablar cön una de sus internas si es que se me permite
-¿quién es usted y cön quién desea hablar?-me pregunta ella
-Soy Ernesto Olivar y desearía hablar cön la interna Leire Nuzzia porfavor-Los ojos se le abren a la directora como si despertara de un largo sueño
-Sor Elena ¿podría ausentarse?-le dice a la monja la cual parece escucharla perféctamente pues sale de la sala y cierra la puerta sin mediar palabra -Señor Olivar, usted no tiene apariencia de periodista, ¿porqué desea hablar cön ella?
-¿periodista? ¿no ha pensado que yo pueda ser un familiar? -pregunto cön un tono un tanto jocoso, lo que parece no hacerle gracia a la señora
-Si fuera usted familia lo conocería de antes, porque yo soy Rosario Nuzzia, madre y única familia de leire Peña Nuzzia
-¿como dice?¿Peña?No recuerdo haber leido ese apellido en el artículo que leí sobre ella

-porque reniega de el, y no la culpo, su padre era un borracho que la desatendía y que además nos abandonó a ella y a mí cuando solo tenía siete años - me cuenta cön tono cada vez mas serio- y por si fuera poco volvió cuando Leire tenía 18 para llevársela, y casi lo logra si no es por...-se calla de golpe- bueno, eso da igual ahora, ¿qué es lo que quiere saber de ella y porqué?
-Quisiera hablar directamente cön ella
-Eso va a ser dificil...- me dice cön tristeza- mi pobre niña está muy sedada y encerrada en un cuarto acolchado. Ha sido casi imposible contenerla, se ha arrancado pelo, se ha desquiciado, le han dado ataques de nervios horribles...
-¿sabe porqué?
-No, no soy capaz de imaginar que le ha sucedido para estar así
-Verá Doña Rosario yo soy detective, bueno, era, pero le puedo prometer que si me deja hablar cön su hija acabaré descubriendo que le ha pasado
-Como le he dicho está muy sedada
-Pues no se...Quítele la sedación
-¿está loco? Eso volvería a desquiciarla

-No, porque solo se la rebajaría un día y por unos minutos, los justos para que yo la haga unas preguntas y ella me responda, porfavor Doña Rosario, no lo haga por mi, hágalo por Leire - ella suspira, coge cón su mano derecha un marco, lo mira y lo abraza, después me muestra la foto que hay en el, se ve a una joven de unos 30 años cön un perro Labrador al lado
-¿es ella?-pregunto yo, ella asiente cön la cabeza
-si, es la última foto que la saqué, el día que logró su empleo fijo como maestra, hace ya tres años de eso- se echa a llorar- mi hija del alma, ¿señor, porqué todos los males le van a ella? ¿que pecado ha cometido?
-Bueno, yo talvez debería pasarme por aquí en otro momento...
-¡no!-me interrumpe ella-espere- se levanta del asiento y se seca las lágrimas cön la manga de su blusa- ¿tiene donde alojarse?
-Bueno, lo cierto es que...
-Quédese esta noche aquí, yo misma le prepararé una habitación, y así mientras, me planteo como quitarle la sedación a Leire sin que le afecte mucho

((((hasta aquí puedo leer, opiniones en mi próximo dibujo))))